«Los CUBANOS jamás volverán a entrar», dijo Trump

De la política en general se ha dicho que es algo sucio, debido a las mil y una actuaciones corruptas y poco éticas de políticos tradicionales en muchos países del mundo.

Sin embargo, tal enfoque frisa en la injusticia al meter en un mismo saco a todos los que se dedican a ese peculiar oficio.

Diríamos entonces que hay individuos que simbolizan, por su actuación, toda la moral de la clase política de un país, por ejemplo, Donald Trump.

Quien asegura que «los CUBANOS,  jamás podrán entrar».

Desde luego que una respuesta de esa magnitud solo podría llegar por la vía de un cambio de política radical de Washington hacia Cuba o, en su defecto, por el surgimiento de un campo económico —puede además ser político—  formado por naciones que hayan sustituido al dólar por el patrón oro o por otras divisas, porque la moneda estadounidense ha devenido ha mucho, herramienta de chantaje económico y político del imperio contra el resto del mundo.

De momento, estimula saber que Rusia, China, Irán, Turquía, Bielorrusia, Kazajastán y otros países vienen trabajando en esa dirección con acciones para cambiar la cotización del petróleo por oro, yuanes, rublos y otras divisas, a fin de evitar el chantaje que Estados Unidos ejerce sobre la economía mundial con el dólar como pivote.

Pareciera como si Trump, sometido a fuego desde varios flancos, intentara desquitarse con Cuba por los reveses que sufre a diario en su país y en la arena internacional.

No obstante, el bloqueo no lo inventó Trump, sino que existe desde los tiempos primigenios de la Revolución cubana, solo que, al parecer, él quiere elevarlo a la quinta potencia por compromisos políticos con la ultraderecha nativa y la cubanoamericana.

Nueva forma de envío de REMESAS A CUBA

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